miércoles, 1 de julio de 2009

ORQUESTA SINFONICA DE VENEZUELA.... Orgullo de Venezuela







EN DONDE LLEGUEN,
CAUSAN SENSACION
ORGULLO DE VENEZUELA

La Sinfónica Simón Bolívar lleva unos 10 años tocando con su actual composición. Es el fruto más jugoso de un extraordinario programa social (el Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela) fundado por el visionario José Antonio Abreu y auspiciado por los distintos gobiernos venezolanos desde mediados de los setenta. Conocido por su abreviación, el Sistema recluta a sus miembros entre los niños de la calle y adolescentes sin recursos económicos. De una Orquesta Juvenil de 11 músicos, que debutó en febrero de 1975, ha crecido hasta reunir bajo su órbita a 250.000 menores, con unas 200 orquestas en todo el territorio venezolano.
"Utilizamos la música como herramienta de rescate de la niñez y la juventud, para apartarlos de la droga y el crimen. Dedican sus horas libres a hacer música y aprenden valores que no encuentran en casa, en la calle, en la televisión", explica en Londres Valdemar Rodríguez, subdirector ejecutivo del Sistema. Entre los valores menciona el trabajo en equipo, la solidaridad, la meritocracia y el esfuerzo personal.

"Entré en el Sistema con cuatro años. Aprendí a tocar el violín y, con 13, me decidí por el clarinete", cuenta Rebeca Ascanio tras su debú con la Simón Bolívar en los Proms. Tiene ya 24 años y da conciertos en el extranjero desde los 17. "Estos chavales se divierten tocando y el placer que sienten al interpretar una pieza les ayuda a superar los inevitables nervios y la tensión de una actuación frente a una nueva audiencia", reconoce Rodríguez.
No sólo los aficionados valoran la iniciativa del maestro Abreu. Simon Rattle, director de la Filarmónica de Berlín, la considera "un milagro" y el horizonte hacia el que debe aspirar
"la música de todo el mundo".

"No sólo se trata de una cuestión de arte, sino de una profunda iniciativa social. El Sistema ha salvado muchas vidas y continuará salvándolas", ha comentado el maestro de la batuta y abanderado de Dudamel.
Dicen que Plácido Domingo lloró al escuchar a la Simón Bolívar. Pavarotti y Montserrat Caballé también apoyan el programa. Y, entre otros, Claudio Abbado es un asiduo director invitado a las sesiones del Sistema.

La batuta más brillante del Sistema

Gustavo Dudamel es la nueva estrella internacional, un director de orquesta destinado a comerse el mundo entero. Lleva una carrera prodigiosa, además de vertiginosa, desde que se unió de niño al Sistema en Barquisimeto, donde nació hace 26 años.

La afición por la música le viene de su padre, un trombonista enamorado de la salsa, y de su abuela, que le encaminó hacia la música clásica. Debutó con el violín antes de dirigir su primer concierto cuando tenía tan sólo 14 años.
Dudamel es actualmente el director artístico de la Orquesta Sinfónica de la Juventud Venezolana Simón Bolívar y, el mes próximo, se estrena en su nuevo cargo como responsable de la Sinfónica de Gotemburgo, orquesta con la que debutó en los Proms londinenses el año pasado. Su fuerte conexión con los músicos, su brío y pasión con la batuta, le han asegurado otro papel de relieve: en 2009 se hará cargo de la Filarmónica de Los Ángeles, considerada entre las mejores orquestas de Estados Unidos. El nombramiento se anunció a principios de año, cuando Esa-Pekka Salonen, su predecesor, hizo pública su decisión de dejar la orquesta californiana.

Simon Rattle considera a Dudamel "el más increíble talento" de los directores de orquesta que se han cruzado en la larga trayectoria del maestro británico. Razón de ello, en el último año el joven director ha trabajado con la élitemundial, entre ellas la Sinfónica de Boston, la Sinfónica de Chicago, la Filarmónica Checa y la Philarmonia de Londres. También ha dirigido Don Giovanni en la Scala de Milán. "Cada concierto es un reto", aseguraba en el Royal Albert Hall.

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